Autores: Herrera Priano & Fajardo Guerra
Pensar en clave de «Ciudad» nos permite definir mejor los objetivos a lograr y las acciones a emprender pero, ¿no es también cierto que son los gobiernos los responsables últimos de modelar los entornos o las áreas donde actúan?.
Para que una ciudad pueda convertirse en una Smart City, hay que ejecutar todo tipo de proyectos y los encargados de planificarlos, coordinarlos y, en ocasiones, ejecutarlos son siempre los gobiernos. Estos últimos incluyen dentro de sus competencias, entre otras, la economía, el entorno, la movilidad, la cultura, el ocio, el turismo, .. (en definitiva, las áreas de actuación que afectan directamente en la vida de la ciudad).
Por este motivo consideramos que «son los gobiernos inteligentes los que generan ciudades inteligentes». Definiremos un gobierno inteligente como aquel que «aprovecha todo el conocimiento disponible en su ciudad, que ejecuta su actuación con la mayor transparencia y confianza de sus ciudadanos y en el que éstos participan activamente». Estos principios incluyen parte de la base de todo gobierno abierto, por lo que entendemos que el proceso de transformación de una ciudad hacia Smart City debe partir necesariamente de una estrategia de gobierno abierto (no deben ser dos procesos independientes puesto que están íntimamente relacionados).
Conclusiones: Resulta más interesante aplicar este enfoque. El Gobierno clásico se moderniza (se tecnifica), se abre (open) y, además, fruto de su apertura y modernización, construye una ciudad más eficiente y adaptada a la ciudadanía. Esto permite seguir la misma línea argumental para establecer los proyectos que más se ajusten a la verdadera capacidad que tiene un Gobierno para modificar una ciudad:
- Modernización (incluida la telematización).
- Racionalización del gasto.
- Transparencia y apertura (participación, colaboración, confiabilidad).
- Creación de entornos Smart.
De esta forma evitamos manejar diferentes procesos que, inevitablemente, llevan a un mismo objetivo: alinear, desde un solo punto de vista (Gobierno), un resultado (Smart City) sin introducir “ruido” (planes, estrategias, acciones o iniciativas) que no respondan o se alejen de alguna forma del logro de entornos más inteligentes para sus públicos objetivo (ciudadanos, empresas y resto de administraciones).
Pero en el desarrollo de una ciudad ¿sólo actúa el gobierno? Evidentemente no. Aunque parte de la estrategia de desarrollo de una ciudad debe ser dirigida y ejecutada desde el gobierno, hay varios factores – a los que denominaremos «agentes dinamizadores» (universidades, empresas, grupos de opinión, colectivos de profesionales, etc.) – que también están presentes. Tenerlos en cuenta y que el desarrollo de sus acciones estén en sintonía redundará positivamente en el desarrollo de toda Smart City.